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Los restos del molino de aceite de la familia Guarneri se conservan en un amplio espacio de un callejón a lo largo de la Via Garibaldi en Roccella Jonica. Especifiquemos que el molino, llamado “troppito”, es el lugar donde se llevaban las aceitunas destinadas al procesamiento para la extracción del aceite.
La singularidad de esta impresionante estructura radica en la conservación de todo el equipo necesario, dejado tal como se usó por última vez en 1953, cuando todas las fases del procesamiento de las aceitunas se realizaban manualmente y con tracción animal.
Esta familia no consideró oportuno modernizar el molino con la llegada de la electricidad y el consecuente uso de motores, lo que cambió completamente todas las fases de trabajo. La singularidad de esta antigua construcción se debe al testimonio de que todas las piezas para triturar, prensar y extraer la parte líquida de las aceitunas, y finalmente, separar el aceite del agua de vegetación de las drupas, todavía están bien conservadas, y son un vivo testimonio de una civilización campesina que ya no existe.
Esta estructura representaba y representa una rica fuente de investigación y estudio de una de las actividades artesanales que empleaba en el pasado a la población de Roccella. Esta oportunidad de estudio no podía escapar a la Asociación Cultural “Roccella com’era”, que se activó de inmediato para hacerlo accesible y valorizar su importancia histórica y cultural.
Después de un acuerdo tácito con la familia propietaria de la estructura, los miembros de la asociación mencionada se movilizaron para asegurarla y promovieron un primer núcleo del Museo de la Civilización Campesina. Aunque la capacidad limitada del local no permitía una gran exhibición de herramientas y utensilios del mundo campesino y artesanal, fue visitado por estudiantes, turistas, simples curiosos y fue sede de diversas grabaciones televisivas con el fin de promover y difundir la historia y la cultura popular de Roccella.
Junto al “troppito” están los restos de un establo, refugio para los animales utilizados en la “trituración” de las aceitunas mediante las muelas.
Aquí ofrecemos una información rápida y superficial sobre las piezas de trabajo que aún están en pie y en buen estado, que fueron testigos del esfuerzo, el sudor, los sacrificios de hombres y animales.
Por respeto a la cultura léxica, queremos definir cada herramienta de trabajo en su forma dialectal tal como era utilizada por los trabajadores del molino.
‘A Squeja, es decir, “tanque donde se trituraban las aceitunas”, de forma circular, de unos tres metros de diámetro, hecho de mampostería a una altura del suelo de 65 cm. En el centro se levantan las dos muelas y se fijan a una viga vertical giratoria de manera adecuada. Las dos ruedas de piedra tienen diferentes grosores y se colocan a diferentes distancias de la viga giratoria. Esta disposición permitía triturar las aceitunas en toda la superficie donde estaban colocadas dentro del tanque.La viga central tiene la disposición para encajar un yugo de madera, donde se aparejaba un buey, burro o mula para poner en marcha las muelas para triturar las aceitunas.
‘U Conzu, la máquina para prensar las aceitunas trituradas que permitía la extracción de su parte líquida. Dos bloques mastodónticos, uno de piedra y otro de madera de roble, ambos conectados y retenidos por dos enormes columnas de roble, adecuadamente dispuestos. El líquido que salía de la prensa se recogía en un recipiente de piedra excavada que se dejaba el tiempo necesario para permitir la flotación natural del aceite sobre el agua de vegetación.
Este aceite se recogía superficialmente y se colocaba en recipientes especiales.
Las reglas que dictaban la distribución del aceite producido entre los propietarios de las aceitunas, el propietario del molino, el propietario del animal utilizado y entre los diversos trabajadores del molino (“‘i troppitari”) eran antiguas.