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La primera noticia segura que atestigua la presencia de dicho Palacio se deriva del Apprezzo dello stato della Roccella 1707-23:
“En los alrededores de dicha Ciudad en los huertos y viñas hay muchas casas y casas particulares, entre las cuales se encuentra el casino del Doctor Vittorio di Simone muy bien construido, y a su costa se ha comenzado la construcción de una Iglesia”.
La iglesia mencionada es la de S. Lucia, que surgió como Capilla privada de la familia de Simone. Este culto tiene sus raíces en el pasado cuando se le asignó la Capilla de S. Lucia Virgen y Mártir en la iglesia de S. Caterina de Battenti y el Hospital dentro de la Ciudad, erigida en 1560 por Antonello Carcaramo, luego pasó al procurador Giovanni de Simone, mediante un instrumento notarial del 21 de enero de 1564.
Antes del nacimiento del Abate Ilario, la pequeña iglesia dio nombre al barrio de Santa Lucía.
El traspaso de propiedad del Palacio de Simone, creemos, ocurrió después del matrimonio entre D. Isabella de Simone, hija de D. Giovanni Vittorio y Claudia Palermo, con Giovan Francesco Manfrè.
En la primera mitad del siglo XVIII, cuando hubo obligación de declarar los ingresos, la viuda de Giovan Francesco, la Magnífica D. Isabella (de) Simone declaró que vivía con el resto de la familia en el mencionado Casino.
En dicha declaración confirmó los ingresos de unas cincuenta tomolas de tierra distribuidas en el territorio de Roccella, la mayoría alquiladas. Las más productivas eran seis tomolas con olivos en la contrada Tuppo, de donde se obtenían seis moliendas de aceitunas, además, en la contrada S. Onofrio 30 tomolas de tierra, en parte silvestres, con olivos que producían cuatro moliendas de frutas, también había una tomola con 700 pies de vid para el consumo familiar.
Es destacable que la familia de Simone llevó a cabo lo que era una costumbre de la época, practicada por los Carafa, las instituciones religiosas y las familias adineradas, de conceder a los ciudadanos comunes la facultad de construirse una casita dentro de sus propiedades, con el consiguiente pago del correspondiente censo.
A la muerte de D. Isabella, el patrimonio terrenal, palacio e iglesia pasaron al hijo D. Gaetano Manfrè.
El terremoto de 1783 salvó tanto al palacio como a la iglesia adjunta, tanto que continuaron siendo habitables.
En 1798, después de la aprobación de la fundación por parte de las autoridades reales, se fundó la Cofradía de S. Giuseppe y de las almas del Purgatorio, que debía instalarse en la Iglesia de S. Lucia. Entre los socios fundadores más representativos estaba el médico D. Francesco Maria Manfrè, quien tenía el Jus patronato de dicho oratorio, por lo que no era necesario solicitar permisos especiales a particulares u otros.
Por razones logísticas, la mencionada Cofradía se instaló posteriormente en la Iglesia de la Concepción.
A principios del siglo XIX, con la introducción del nuevo catastro provisional, el propietario de los bienes de la familia de Simone-Manfrè resultó ser el Doctor D. Francesco Maria Manfrè, quien en la declaración declaró poseer el palacio compuesto por 5 habitaciones palaciegas, cocina y un bajo, junto con dos habitaciones palaciegas contiguas y un bajo. Y 7 casas bajas que se identificarían con las concesiones a ciudadanos rocelenses para construir la casa, además, del terreno circundante con árboles de olivo e higos chumbos.
A lo largo de su historia, la Iglesia fue objeto de atención por parte de los diversos Obispos en visita pastoral a Roccella, como se desprende de los registros que indican que dicho oratorio privado estaba bien mantenido.
Esta Iglesia se mantenía abierta el día de S. Lucía, a donde acudía toda la gente del barrio de Croce y Ciaramidio. El comienzo de las Santas Misas de ese día era anunciado por el repique de la pequeña campana colocada en su campanario de vela, sobre la puerta de entrada. Esta campana, lleva la fecha de 1601, aunque con dificultad debido al desgaste del tiempo, se vislumbra esculpido un león rampante sosteniendo entre las patas delanteras una figura en forma de corazón. Este escudo se atribuye a la familia Manfrè.
El traspaso de todas las propiedades de los Manfrè, incluyendo el palacio e iglesia, ocurrió después del matrimonio, el 7 de febrero de 1826, entre D. Vincenzo Alicastro, médico cirujano, y D. Giuditta Manfrè, hija de D. Francesco y D. Giuseppa Floccari.
El cirujano D. Vincenzo era hijo de maestro Paolo y Domenica Cappelleri.
Los Alicastro forman parte de ese nutrido grupo de artesanos que se trasladaron a Roccella durante el siglo XVIII.
El fundador de esta familia fue maestro Ilario, originario de Castelvetere, y Caterina Pasqualino que a mediados del siglo XVIII vivían en una casa cerca del palacio de los Carafa en la Ciudad.
Terminada la era de los de Simone-Manfrè, hoy extintos, el palacio durante los siglos XIX y XX fue conocido como “Palazzo Alicastro”, aunque en las últimas décadas cambió de uso y propiedad.
La última propietaria que habitó en el palacio fue D. Rachele Alicastro, quien murió en los años 50 del siglo XX. Con la muerte de la última descendiente, el palacio fue vendido por el Abogado Pietro Muscolo. En los años siguientes fue convertido en hotel, que aún algunos llaman: Hotel Bristol. Después de varias adaptaciones y retoques, de toda la planta baja se ha convertido en una sala para recepciones y bodas. Después de ese tiempo movido y cerrado el hotel, comenzó su lento e inexorable declive.
El deseo es que este Palacio, que ha contribuido a escribir páginas importantes de la historia de Roccella, pueda volver a los días de gloria del pasado.